Ubicado en el kilómetro 600 del río Paraná y a 400 metros de la costanera de la capital de Entre Ríos, se aprecia el hoy reconocido Islote Curupí.
La Isla.
Este meandro devenido en una «islita» de unas 18 hectáreas se originó hace unos 100 años de forma artificial: se arrojó una barcaza vieja y chatarra para tener un puerto con mayor calado -ya que los barcos se dañaban contra el muelle próximo aguas arriba-, y, allí, se comenzó a acumular arena, restos vegetales y otros materiales transportados por el río. El árbol que da nombre al islote, el curupí (Sapium haematospermun), es típico de las orillas de ríos y zonas inundables, muy característico por el látex que segrega y que es utilizado para confeccionar pegamento o pega-pega, como suelen llamarlo.
El hombre.
La actual reserva natural municipal de Paraná «Islote Curupí» combina cultura, ambiente, educación y turismo -y en un futuro también investigación nacional-. El recorrido por sus paisajes transforma y convoca a tomar conciencia del cuidado de la naturaleza, en un lugar que no se intervino con ningún material contaminante para el ecosistema.
Los cerca de 500 metros de recorrido en forma de pasarelas de madera que van hacia una laguna en el corazón del islote, fueron construidos por la asociación ambientalista «A Ñangarecó Nderejhe» («Cuidemos lo que es de todos», en guaraní), la que se dedicó a cuidar y preservar el islote.
El futuro sólo si sustentable.
En septiembre de 2023 fue presentado un Plan de Manejo del Área Natural Protegida Islote Curupí. Unos días después en ese mismo mes se produjo la firma de un convenio para incorporar al Islote Municipal Curupí al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas.
Ya se establecieron las columnas de lo que será un centro de interpretación de dos pisos. Tendrá un museo interactivo de flora y fauna, otro de culturas originarias y un espacio de investigación permanente donde participarán universidades y el Conicet. Siempre con madera, sin usar cemento, con materiales no contaminantes y paneles solares se sostendrá el principio de generar el menor impacto.
El compromiso de Posta Del Sol.
Es una ironía el que en 1991 se quisiese establecer en el islote un shopping náutico y un hotel con estacionamiento para yates. Incluso, se desarrolló un refulado (elevación del terreno con arena) hasta unos 7 metros. El destino y la naturaleza decidieron en 1992 que una histórica crecida no permitiera la concreción de ese proyecto.
Hotel Posta Del Sol apadrina la isla con aportes mensuales. La decisión es producto de la creencia de que el paseo y el conocimiento de la ecorregión, su biodiversidad, paisajes y riquezas y el disfrute de la tranquilidad natural deben ser para todos.
Patrimonio natural.
Patos silbadores, yararás y culebras de varios tipos, el lagarto overo, comadrejas, iguanas, tortugas de agua y de laguna, carpinchos, teros reales, pájaros carpinteros, caráus, chajá y biguá, entre otros, conviven en el islote.
Con la particularidad de que cada planta fue llevada hasta allí por el río y los animales, está repleto de sauces, ceibos en flor, sangre de drago, ortigas gigantes, cambará, timbó blanco, papas de río.
Invitación.
El Islote Curupí conforma uno de numerosos circuitos en Paraná. Una zona de descanso con troncos convertidos en bancos invita a compartir un mate, una mirada o un silencio con el río que corre y con las cientos de especies de aves y sus sonidos.
Para más información: Excursiones al Islote Curupí
Con aporte de contenido del artículo cuya autoría es de Federico Dambrine, Télam Digital (04/2023).